viernes, 30 de enero de 2009

Uruguay: Carta de una madre que no se rinde

Humildemente despojada de todo, como un recién nacido, estrenando con ansias mis raíces, me inclino ante mis hijos. No es el grito el que nos comunica, sino la palabra clara, justa, pensada, respetada, ésa que se siembra cuidadosamente, que se cultiva con amoroso celo para que germine y crezca, y florezca y dé fruto.

No es el golpe el que corrige y endereza la conducta equivocada, sino la suave paciencia del afecto, de la mano extendida de la caricia con calor sincero.
Tal vez con más errores que acierto fueron lo que les trasmití desde que llegaron a la vida

Atrás quedo la etapa que compartimos tantas cosas.
Atrás quedo ese tiempo maravilloso, de juegos a la escondida, a la mancha, andar juntos en bici, los paseos al parque.
Ya no juntamos más pasto el más verde, ni un tarrito con agua, ni ponemos los zapatitos con la cartita esperando la llegada de los Reyes Magos. Ahora no me paso hasta la madrugada el 6 de enero esperando que se durmieran para que llegaran Melchor, Gaspar, y Baltasar.
Porfiados por naturaleza era la noche que más les costaba dormirse. Y nosotros tratando de sacar paciencia no se de dónde les decíamos que si no se dormían los reyes no llegaba. Ya no hacemos barquitos de papel de diario, ni salimos bajo la lluvia a dejarlos que se vayan por el agua, que corre en la boca de tormenta de aquella esquina, para luego entrar a casa empapados por la lluvia cristalina, con el pelo mojado, chorreando agua, llenos de alegría por haberlo vivido, algo tan sencillo pero tan hermoso.

Cuantas veces fuimos al Parque Harriague en Salto, mi pueblo natal y nos metimos con ropa en el Arroyo Ceibal a juntar mojarritas y renacuajos en baldecitos de plásticos.Llegábamos a la casa de mis padres, todos mojados, sabiendo que los abuelos nos iban a rezongar, y éramos cómplices, alineados para que el rezongo fuera más leve.Hijos de una hija del Río Uruguay, heredaron el amor por el Río de los Pájaros Pintados, y cada vez que volvemos a Salto no falta la caminata por la costanera y mojarnos los pies en ese Río que me vio crecer a mi, y ustedes nacidos en Montevideo, recién nacidos ya los llevaba muy seguidos por esos lugares.Y ustedes también crecieron. Y yo crecí aún más a su lado. Hoy jóvenes y adolescente van encarando el camino que se proponen andar.

Y crean que los entiendo, y hasta me reconforta que sea así.La vida es un constante aprendizaje, y estamos aprendiendo todo el tiempo, cada instante.Y vaya si les viene bien como jóvenes que van madurando para construirse su propio destino.Cuando llegan a determinada edad, ya una no es mamá coraje, mamá maravilla, y dejas de ser la heroína como la de la peli que miraban fascinados de niños, y ya no te ven como la más mejor.Y empiezan la etapa de cuestionamientos, ya no están de acuerdo con lo que mamá dice, ya se rebelan contra determinadas actitudes o pensamientos de mamá. Y esta buenísimo que eso pase, es más debe de pasar, y aunque me enrosco en esas discusiones, me hacen tanto bien.Les di lo mejor de mi misma, siempre en el intento de que llegado el momento se muevan en esta vida con dignidad, con fuerzas, con coraje

Siempre anhele con toda mi alma que por más momentos jodidos que les tocara vivir, nunca permitieran que los sueños se les vuelva mierda. Siempre les inculque que nunca dejen de soñar, que luchen sin treguas hasta encontrar la felicidad en este mundo.
Un lugar dónde de alguna manera llegaron con ese propósito; cada vez que sentí que mi vientre latía con fuerzas, pensaba: ojalá que puedan llegar a la vida y ser felices.Lamentablemente no depende de los padres, si fuera así, le daríamos toda la felicidad del universo y más...

Hoy por hoy con un relacionamiento normal, con conflictos normales entre hijos jóvenes, adolescentes, y una madre sensible y preocupada porque encuentran un lugar para existir en esta sociedad, sin ser nuestra casa un templo de amor y paz, me llena de orgullo saber que están cerca y seguimos unidos, como cuando jugábamos en su niñez.

En un momento triste que me toca vivir, dónde se me cierra un camino de forma injusta, me demostraron con pequeñas actitudes que están a mi lado con mucho amor.
Y con el amor que perdura, el amor que nos saca de la niebla, que da fuerza a las alas para el vuelo, no es el amor que enturbia y despedaza, el amor que provoca el terremoto, el amor que abre las compuertas del llanto, trastorna la serenidad y la esperanza... sino el amor que contiene, que protege, que cura las heridas, que comprende y nos estimula para el sentimiento, ese que ensancha el universo porque sabe dar, porque se da sin pedir nada a cambio, y recibe con gratitud y con desinterés, eso generan nuestros hijos.

Y Y por todo esto que me dan ustedes, no me siento derrotada, ni mucho menos. Por el contrario esto me fortalece aún mucho más. Gracias Gurises, Muchas Gracias, y en ustedes va mi agradecimiento profundo al puñado de amigos que están a mi lado con su afecto incondicional.
Marina.-
(NdR quien esto suscribe conducía junto a Gustavo Frank el programa radial “Gente en Obra” que fue recientemente censurado y levantado en CX30, Radio Nacional de Montevideo)

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