jueves, 12 de marzo de 2009

Adolecentes privados de libertad Parte 1

Condiciones actuales, problemas estructurales y recomendaciones

Comité por los Derechos del Niño-Uruguay
Subrayado y difusión de Asamblea Solidaria por los dd.hh en Uruguay

Del análisis de la visita emergen indicadores deuna pauta de relación, alejada de la ley, sin valor univiersal, sin valor analógico dado que lo que se aprende allí no sirve para aplicar en otras instituciones de lo social. En cambio se establecen reglas de juego, muchas veces pautadas por los funcionarios y que son aceptadas por los adolescentes y sus familias, como si fueran naturales , asumidas como válidas en ese espacio-tiempo concreto.

Uno de los relatos expresa esto con radicalidad, en requisas que se hacen a lamadrugada se encuentra puntas que los adolescentes dicen “son para enfrentarnos a los funcionarios cuando entran a pelear”, o el personal de contención dijo que “les iban a devolver las puntas y que iban a abrir las celdas y se iban a dar en una batalla abierta”. A eso se suma el código de silencio dado que algunos adolescentes sostienen no van a decir lo que les hacen porque tienen “ códigos con los funcionarios” En ese escenario, lo convencional, lo arbitrario, la ausencia de límites claros configura una regla de juego que nada tiene que ver con los objetivos de responsabilización y robustecimiento de vinculos sociales que la ley establece para estas instituciones.

Desculturización vs. Oferta socioeducativa

En todos los centros de privación de libertad, aunque se observa con mayor intesidad en los Centros de las Piedras, SER, Ituzaingó y Puertas, emergen signos de un juego perverso, es decir que daña a los adolecentes y que instala costumbres opuestas al funcionamiento reglado de una medida de carácter socioeducativo, lo cual impactará, obviamente, cuando deban reinsertarse socialmente, en sus vínculos institucionales y comunitarios.

Estas formas de vincularse forman parte de la propuesta adulta, a la cual muchos adolescentes se pliegan, adhiriendo en ocasiones sólo para que su existencia tenga algún sentido o como modo de sobrevivir a la situación de tensión y riesgo que el propio encierro les significa. Así, se llega a naturalizar el maltrato verbal y físico de los adultos y a través de ellos del Estado. En el mismo sentido, la respuesta a las provocaciones de los funcionarios de contención en el Centro Las Piedras o en Puertas son invitaciones aceptadas al juego de la violencia reciproca.

En un sentido opuesto, cuando son tratados dignamente, como surge de los relatos de un motín "desarmado" por Mateo Méndez sin recurrir a la violencia del grupo GEO es señalado como un signo de confianza a la que los adolescentes y sus familias expresan querer responder. De hecho los mismo adolescentes temidos en el Centro SER para los cuales sólo caben 23 horas de permanecia en un aislamiento de celda, y a los cuales sólo era posible sacar de la celda custodiados por dos miembros del equipo de contención, están viviendo en el Centro Rincón, recientemente reabierto, donde viven la mayor parte del día con libertad ambulatoria por todo el establecimiento, en actividades de colaboración recíproca y disciplina acordada con los funcionarios.

Recordemos que el deterioro que Centros como Las Piedras, SER y Puertas ocasionan a los adolescentes tiene efectos de desculturización tal como lo señalara Edwin Goffman en su clásica investigación Internados. Se trata de un proceso de desaprendizaje de habilidades sociales adquiridas en un marco de sometimiento absoluto sin presencia de la norma o la ley del Estado.

Este proceso es observado en el Centro Rincón, donde adolescentes privados de libertad en Las Piedra y SER no podían sostener una actividad básica como comer en una mesa con otros usando cubiertos, dado que comían con las manos y sentados en el piso o la cama. Como sostiene Goffman “Si algún cambio cultural ocurre efectivamente, derivará tal vez de la elimnación de ciertas oportunidades de comportamiento y la impotencia de mantenerse al día con los cambios sociales recientes del exterior. De ahí que si la estadía del interno es larga, puede ocurrir lo que se ha denominado desculturización, o sea un desentrenamiento que lo incapacita temporariamente para enfrentar ciertos aspectos de la vida " (Goffman,1994).
En suma, los Centros que no tienen una propuesta socioeducativa seria y efectiva, y en los que las prácticas cotidianas se centran en el sometimiento y el castigo, bajo la excusa de la seguridad (más de 20 horas de encierro en celda) provocan procesos de deterioro incompatibles con la dignidad humana y contrario a los objetivos de la medida judicial de promover responsabilización por el daño causado a un tercero y ampliar y robustecer los vínculos sociales y familiares. A contrario de ello, desarrollan procesos de deshumanización de los adolescentes, lo que resulata totalmente incompatible con el Estado Democrático de Derecho.

Discrecionalidad vs. Procedimientos trasparentes de gestión.

Según surge de relatos de adultos y adolescentes, familiares y técnicos, varios de los Centros, fundamentalmente Las Piedras, SER, Puertas e Ituzaingó están caracterizados por las reglas de juego que se instalan entre adolescentes y adultos. La discrecionalidad, lo errático y la fragmentación aparecen como signos característicos de los circuitos de relación.
Desde el Centro que asume un mandato de diagnostico y derivación (Puertas) de los adolescentes es que aparecen prácticas de manifiesta discrecionalidad para adminstrar los traslados a otros centros. Según expresan varias fuentes, el coordinador general de Ituzaingó entra al Puertas y selecciona personalmente los adolescentes que quiere para el dice "esto me gusta me lo llevo" o " a este no lo queremos allá".

Los criterios no son explicitados, y no parecen responder a ningún aspecto de orden técnico ,de tratamiento, o de modelo socioeducativo.

En este caso el criterio parece ser la potencial adaptación al “régimen de trabajo” de ese Centro.

Esa modalidad de selección es consistente con relatos de adolescentes privados de libertad en los Centros SER, Las Piedras y Rincón donde se afirma que si no te “sometes” en el Ituzaingó te echan, de hecho los adolescentes de ese Centro son nombrados por otros adolescentes como “los perros”. Estos relatos surgen de entrevistas en varios Centros, aunque nos llama la atención que nada de esto sea corroborado por adolescentes del Centro en cuestión. Sólo uno de los adultos de ese establecimiento expresa en la entrevista dudas sobre las cosas que pasan, indicando en los términos "el control es tremendo".

Además de la discrecionalidad en los procesos de selección o derivación a los distintos Centros de privación de libertad, en la aplicación de sanciones no se respetan pautas establecidas por el Directorio del INAU en el Reglamento de Convivencia aprobado. De hecho en la mayoría de los Centro desconocen tal reglamentación, manejándose las sanciones de forma variable según el adolescente, el funcionario que la aplique, o el coordinador que esta en el turno. La aplicación de sanciones de aislamiento por tiempos mayores a los 30 días fueron constatadas en Las Piedras y SER.

Otra forma en que se expresa la discrecionalidad tiene que ver con los “privilegios” que reciben algunos adolescentes. En los Centros Puertas, Las Piedras, Ituzaingó y SER se relevaron situaciones donde no todos los adolescentes que están privados de libertad cumplen con el régimen establecido en el Centro. De hecho aparecen de forma reiterada relatos de prebendas, transas, acuerdos entre funcionarios y adolescentes para gozar de algunas libertades que no todos disfrutan.

Fragmentación de las acciones vs. Objetivos y metas comunes
De las entrevistas realizadas aparecen relatos consistentes respecto de la fragmentación del trabajo que se realiza en todos los Centros de privación de libertad. Conviven distintos mundos casi sin comunicación, y en algunos casos profundamente enfrentados:

-Las direcciones y coordinaciones de los Centros

- Los “equipos técnicos”, que tiene como protagonistas privilegiados a asistentes sociales y psicólogos;

- “Los educadores”, donde conviven actores diversos: instructores, educadores sociales, psicólogos, estudiantes de distintas carreras, personas sin formación terciaria, y en algunos casos sin la escuela terminada.

- El personal de contención.

El curriculum oculto del INTERJ, entre la sumisión y la “transa”

Si como lo establece el Código de la Niñez y la Adolescencia las medidas socioeducativas de privación de libertad deben tener contenido socioeducativo, y dado que en general no existe una propuesta de ese orden. ¿Qué enseñanzas se trasmiten a los adolescentes? ¿Cuáles son los aprendizajes que ellos adquieren?

"El curriculum oculto, es el conjunto de normas, costumbres, creencias, lenguajes y símbolos que se manifiestan en la estructura y el funcionamiento de una institución. Sin pretenderlo de manera reconocida, el currículum oculto constituye una fuente de aprendizajes para todas las personas que integran la organización. Los aprendizajes que se derivan del currículum oculto se realizan de manera osmótica (mutua influencia), sin que se expliciten formalmente ni la intención ni el mecanismo o procedimiento cognitivo de apropiación de significados."
(Giroux, 1998).

En tal sentido, según lo relevado en las entrevista surge que someterse a las lógicas adultas discrecionales, y sobrevivir buscando la ventaja personal de la transa son los contenidos implícitos que los Centros de privación de libertad transmiten a los adolescentes.

Responsabilización vs. Castigo

Es sorprendente que a cuatro años de vigencia del Código de la Niñez y la Adolescencia ninguno de los Centros de privación de libertad haya elaborado una propuesta tendiente a trabajar de forma sistemática los procesos de la responsabilización del adolescente por la infracción que lo lleva a la cárcel. El artículo 79 del CNA es claro, las medidas socioeducativas que se apliquen a un adolescente infractor "...tendrán carácter educativo, procurarán la asunción de responsabilidad del adolescente y buscarán fortalecer el respeto del mismo por los derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros como asimismo, el robustecimiento de los vínculos familiares y sociales".

Paradojalmente los mecanismos de castigo, aislamiento y deshumanización se han consolidado. Cabe destacar que el funcionamiento violento de algunos centros, es funcional a los demás establecimientos dado que operan como amenaza de un destino peor, y como dispositivo de castigo efectivo a quienes transgreden las pautas fijadas por coordinadores y directores de Centros que tienen un mejor funcionamiento. Es así que se establece una trama dominada por el castigo y el miedo a un castigo potencial que se efectiviza fuera del Centro de origen. Ello es un elemento muy importante que da sentido a las reglas del juego que instalan parte del funcionariado del INTERJ.

B) LOS CENTROS VISITADOS
B. 1. PUERTAS

Este establecimiento de privación de libertad es el centro de ingreso al INTERJ para adolescentes varones mayores de 15 años. Atiende tanto a adolescentes con sentencia definitiva, como a los que la administración de justicia aplicó una medida cautelar de privación de libertad.

La finalidad explicitada por la dirección del establecimiento es estudiar desde el punto de vista médico, psiquiátrico, psicológico, social y pedagógico al adolescente para luego derivarlo al centro de permanencia más adecuado, en general de la Colonia Berro. Según expresan la permanencia en el Centro no debe exceder los 30 días. Mensualmente son privados de libertad en este establecimiento un promedio de 75 adolescentes, la mayoría por medida cautelar. En general hay simultáneamente alrededor de 20 adolescentes.

Este Centro no cuenta con una propuesta de trabajo socioeducativo por escrito. De hecho la mayoría de los funcionarios entrevistados no se sienten convocados por la nueva Gerencia a elaborar un Proyecto de forma participativa. Se percibe desconfianza de las direcciones políticas de la institución y mucho cansancio y desgaste de los trabajadores.

A pesar de que no exista un proyecto escrito el centro igualmente opera, desarrolla distintas intervenciones, de parte de instructores y coordinadores se realizan acciones con los adolescentes que están caracterizadas por una relación donde priman los criterios de la seguridad, evitar la fuga.

En relación al equipo técnico las acciones se concentran en entrevistar a los adolescentes y a sus familias para elaborar informes al sistema de justicia, y para derivar a otros centros de privación de libertad. No se han podido constatar otro tipo de intervenciones profesionales de modo planificado.

Se detecta insuficiencia de materiales necesarios para el trabajo técnico, fundamentalmente a nivel educativo. La carencia de materiales (hojas, cuadernos, lápices, gomas) aparece como uno de los elementos obtaculizantes.

En relación a la aplicación de sanciones no se utiliza el Reglamento elaborado por el Directorio, tampoco se pudo observar un conocimiento mínimo de parte de los funcionarios. Las sanciones son determinadas por un grupo de funcionarios cercanos a la dirección del establecimiento, las razones más comunes son golpear puertas, faltas de respeto al funcionario… Tanto funcionarios como reclusos tienen naturalizados los criterios discrecionales de aplicar sanciones.

Lo típico de este establecimiento es que los adolescentes estén en sus celdas todo el día, excepto 45 minutos en la mañana (tiempo en el que se bañan o lavan la ropa) y 45 minutos en la tarde para salir al patio. En resumen el Centro Puertas, como lo dicen varios adolescentes “es pura tranca”.

A pesar de ello, se constataron situaciones donde algunos adolescentes gozan de mayor cantidad de tiempo fuera de la celda y además circulan por espacios que están restringidos a la mayoría. Lo que deja entrever acuerdos personales e informales entre algunos funcionarios y adolescentes para tener mayores libertades que el resto de los internos. Es preocupante el manejo discrecional del poder, otorgando a cambio de algo lo que son derechos de los adolescentes a tener mayor tiempo de libertad ambulatoria fuera de la celda.

Desde la perspectiva de los adultos del centro la atención medica es buena, el medico asiste 3 veces a la semana, el psiquiatra dos y hay servicio permanente de enfermería. Una diferencia importante respecto de anteriores visitas es que todos los entrevistados tuvieron al menos una entrevista con psiquiatra y que la medicación no es más administrada por los funcionarios, sino que se ha contratado personal de enfermería para tal fin.

A pesar de ello se destaca que la atención psiquiátrica y la medicación siguen siendo utilizadas como estrategia de control farmacológico de los adolescentes, para aliviar los síntomas del encierro, el aislamiento y la separación de su entorno de pertenencia.

Todos los adolescentes manifiestan tomar pastillas para dormir, para tranquilizarse, para soportar el encierro. Los adolescentes no exponen mayor resistencia a estos medicamentos. Algunos dicen que sacian su ansiedad, los nervios o que permiten superar el consumo de drogas (principalmente de pasta base), otros refieren a su necesidad para conciliar el sueño, “para no pensar demasiado”.

La planta física es típicamente carcelaria, celdas pequeñas, módulos cerrados con rejas, patio con techo enrejado, dos portones con candados para llegar a los módulos, guardia de seguridad del INAU y policial.

Las celdas son húmedas, oscuras, sucias en general, con mal olor, (“la limpieza depende de los adolescentes”), con dos camas y un orificio en el piso que funciona como W.C. con cisterna que se acciona del exterior. Tienen una ventana que da a un patio interior. El patio también es oscuro, estrecho, con una reja y un toldo.

Los espacios para la visita son reducidos y cuenta con una mesa y bancos de hormigón .No existe un aula para dictado de clases, ni espacio suficiente para el trabajo de los técnicos.
En suma, se trata de una planta física pensada para la seguridad y que no habilita ningún tipo de proceso socioeducativo.

Surgen relatos de maltrato acaecidos hace poco tiempo, el primero en un reciente intento de fuga donde funcionarios del establecimiento evitaron la evasión, pero golpearon ferozmente al adolescente “lo entraron a sopapos y patadas”.

Ebotro de los relatos se expresa que a un adolescente “lo esposaron y llevaron al fondo, le dieron palo, y estuvo 10 días sin salir de la celda, después lo trasladaron a la Colonia”. En otros relatos se manifiestan sospechas de malos tratos por parte de funcionarios ya que se manifiesta: “dos por tres llegan con un ojo negro y dicen que se cayeron de la cama… no se porque siempre se pegan en el mismo lado” (relato de funcionario).

Otra forma de trato inhumano refiere a sanciones de aislamiento absoluto, es decir eliminar el poco rato de patio con que cuentan los adolescentes. Estas parecen bastante comunes, no cumpliéndose con el reglamento que el Directorio del INAU aprobó hace varios meses.

Son muy frecuentes las golpizas realizadas por personal policial en las diferentes seccionales, algunos aducen que antes de ser golpeados eran llevados al médico forense.

En la mayoría de los relatos de los adolescentes aparece la policía como perpetradora de malos tratos. Relatos de golpizas, colgamientos, insultos, son comunes en casi todas las declaraciones de los adolescentes. Expresan “Te dan palo después de llevarte al médico”. Se trata de un mecanismo retorcido que procura saltarse la garantía establecida en el Código de la Niñez y la Adolescencia (Art. 76.1 A).

B.2.CIT Centro de Ingreso Transitorio)
Este centro funciona como un anexo del Centro Puertas, de hecho tiene al mismo director y acuden al mismo equipo técnico cuando es necesario. Los adolescentes atendidos son los que están en “depósito”, es decir esperado ser trasladados al Juzgado o entregado a sus responsables

El Centro carece de una propuesta socioeducativa por escrito. Las actividades cotidianas están centradas en la higiene personal y del Centro. Además se relatan otras actividades de uso del tiempo libre como mirar televisión, escuchar radio, jugar al futbolito, pool o a las cartas. No manifiestan ninguna estrategia concreta de acortamiento de los tiempos de privación de liberad. Según relatan la atención médica es buena, dado que va un médico 3 veces por semana, un psiquiatra dos por semana, y además tienen dos enfermeros fijos. No surgen relatos de maltrato en el CIT, sí se reiteran los relatos de maltrato policial en las detenciones y los traslados.

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