jueves, 28 de mayo de 2009

Sud Àfrica Desafío

El desafío Sudafricano: Zuma lo tiene difícil ...

Los pesimistas piensan que Sudáfrica está al borde de una catástrofe, o por lo menos, creen que su futuro es sumamente incierto e inestable. Temen que Jacob Zuma, el "Presidente del Pueblo", tome decisiones que podrían perturbar el frágil equilibrio socio-económico de la llamada “nación-arco-iris”.

Zuma lo tiene difícil.

Por una parte, los sudafricanos esperan el cambio; por eso lo han votado. La economía sudafricana empieza a dar signos de recesión debido a la crisis mundial, y ahora lo que necesita es confianza y estabilidad. ¿Cómo conseguirlas? Es una pregunta a la que los líderes de todos los países les gustaría poder contestar.

Hay quienes dicen que Sudáfrica solo podrá sortear la crisis con cierto grado de continuidad en su política económica, para lo que la llegada de Zuma no es un buen augurio.
Otros piensan que lo último que necesita Sudáfrica es continuidad ya que la política económica actual ha llevado al país a un alto índice de pobreza: un tercio de la población vive con menos de 2 US$ diarios y la tasa de desempleo alcanza más del 20%. Para éstos, Zuma representa el cambio y el desarrollo integral del país.

Pero Zuma lo tiene difícil. Necesita luchar contra la corrupción, resolver la inseguridad, crear puestos de trabajo y buscar el equilibrio socio-económico en una de las economías más desiguales del mundo.

Cuando en 1994, Mandela se convirtió en el primer presidente sudafricano elegido democráticamente, la prensa occidental predijo la caída de lo que era entonces, y sigue siendo, la economía más sólida del continente africano. Se predijo violencia racial generalizada, venganza, caza de brujas, golpes de estado, confiscación de fincas y redistribución de la riqueza de los blancos. También se esperaba que Mandela se enriqueciera con las arcas del estado y generara amargura y venganza por los 27 años que estuvo en prisión. Pero ninguna de las predicciones fue acertada. Mandela fue, y sigue siendo, un icono de virtud y un modelo de compromiso político al servicio de la nación.

Zuma, cierto, no es Mandela. Zuma llega atrapado en una nebulosa de dudas acerca de su integridad, pero tiene la oportunidad de desmentir a sus acusadores y demostrar que él no es el corrupto líder que han pintado. Tiene que demostrar que puede luchar contra la corrupción y que puede aportar una nueva fuerza moral a la Presidencia de Sudáfrica.

Sí, Zuma lo tiene difícil pero no imposible. Tendrá que trabajar mucho para reconstruir Sudáfrica sin caer en la tentación de convertirse en el vengador histórico que podría reavivar viejos temores. El desafío consiste en encontrar las vías y los medios para impulsar Sudáfrica adelante

Fuente: Fundación Sur www.africafundacion.org
http://www.africafundacion.org

No hay comentarios:

Ir arriba

ir arriba
Powered By Blogger