jueves, 23 de septiembre de 2010

Declaración de residentes uruguayos en Cuba

Los abajo firmantes, residentes uruguayos permanentes y temporales en Cuba, después de conocer con dolor que las tres mayores autoridades de nuestro gobierno han recibido a varios contrarrevolucionarios cubanos que andan de gira por América del Sur, decidimos publicar esta declaración.

Sin duda, estos personajes, hombres y mujeres, giran por sus desacuerdos con Fidel y la Revolución. Y algunos son viejos desacuerdos. Puede molestarles que Cuba ostente, reconocidos por la UNESCO y la OMS, los más altos índices de salud y educación en toda América Latina.

Quizá les resulte imperdonable que Cuba haya enviado al África 300 000 hombres a combatir y derrotar al apartheid, según palabras de Nelson Mandela, refrendadas por los presidentes de Angola, Namibia y Zimbabwe. Y de seguro les da roña, que no hayan traído para Cuba ni un galón de petróleo en recompensa, ni un diamante, ni otra cosa que los cadáveres de sus 2 000 muertos en combate.

A estos mártires de la democracia y los derechos humanos, siempre les fastidió que Cuba se erigiese desde hace 50 años, en el único país de Occidente opuesto de frente al Pentágono y la Casa Blanca. Quizá hoy consideren también una obstinación insensata, al cabo de un cuarto de siglo, que Cuba sea el único país del mundo ocupado en atender y curar a los niños de Chernobil, cuando toda Europa y los EE.UU., tras haberles prometido el oro y el moro, sólo han contribuido con una limosna inicial para luego rajarse como hacen siempre en todas partes.

Algunos de este yiro democrático, han repetido por las emisoras de Miami, el manido argumento imperial de que Fidel y Chavez actúan por demagogia cuando devuelven, sin costo alguno, la vista y la salud a millones de desamparados en el Tercer Mundo. Eso no es válido para las Damas de Blanco y su comitiva anticubana que jamás aceptaron el humanismo ni la ética martiana.

Por eso, plegados hoy al cacareo gringo, acusan a la Revolución de alardear para ganar adeptos. Y quizá también desaprueben que todavía, cuando medio mundo se ha olvidado ya de la tragedia haitiana, Cuba siga ayudando al hermano pueblo con miles de médicos in situ, a merced del contagio y la miseria.

Además ¿por qué nuestro gobierno no nos consultó a los residentes uruguayos en Cuba, para saber quiénes son los supuestos mártires de este yiro? Casi todos los que firmamos esta carta, residimos aquí de vieja data, y en su momento festejamos con fervor el triunfo electoral del legendario Pepe Mujica.

Aunque no se nos consultase, hoy queremos dar fe de que los opositores al gobierno de Cuba, recibidos con deferencia por nuestro Gobierno, son aquí absolutos desconocidos, mercenarios sin ninguna fuerza convocatoria, pero sustentados por boletos de avión gratuitos y el poder mediático incondicional del Imperio. En fin, que el Pepe nos perdone, pero haber acogido a semejante ralea vendepatria y mentirosa nos entristece.

Y lo que es peor, nos infunde espanto la sospecha de una alianza militar con los EE.UU. que nos convierta en una cuña para controlar el Atlántico Sur y en una base contra el Brasil en pleno desarrollo, con su biodiversidad, su petróleo y su agua.

La Habana, 18 de septiembre de 2010

Daniel Chavarría Bastélica
Andrea Alpuin Turiansky
Bruno Benvenuto Methol
Alejandra Cárdenas Damiani
Orfilia Isabel Carro Manchini
Mario Antonio Chavarría Sosa
Astrea Damiani Roselli
Vivian Elena Parnás
Andrés Elena Parnás
Alfredo López Viqueira
Candela Márquez Alvarez
Elsa Methol Ferré
Vivian Minutti Becerra
Ana Montalvo Bereau
Magela Montalvo Bereau
Silvana Pérez Zappino
Walter Ramos Blanco
Cristina Sosa Zerpa
Jocha Tuchman Kurik
Lina Turiansky Bijovsky
Olga Zappino Zubimendi

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