miércoles, 30 de marzo de 2011

Paramilitares apoyados por Israel y revueltas populares, dos objetivos distintos en Siria

La televisión pública siria emitió este sábado confesiones de personas extranjeras de diferentes nacionalidades que habían sido detenidas durante los incidentes que ocurrieron en algunas ciudades del país.


Entre ellas, destaca la confesión de un ciudadano egipcio con nacionalidad estadounidense que trabaja en Siria y que reconoció que había viajado a Israel para mantener una reunión en secreto. Al parecer, le habrían encargado el envío de imágenes y videos que mostraran al exterior una Siria sumida en el caos.

El egipcio confesó que tenía que enviar las fotos al exterior a cambio de dinero, agregando que la oferta se la realizó una persona colombiana, y que le pagarían por cada foto unas cien libras egipcias, pero que no se había acordado aún el precio para los videos, que de seguro, afirmó, sería más alto.

Existen fuertes vínculos entre el paramilitarismo israelí y colombiano. En 2010, el Presidente Juan Manuel Santos, se mostró “preocupado” por el caso de Yair Klein, un ex militar israelí que viajó a Colombia para entrenar a grupos paramilitares colombianos y que realizó “servicios” para los cárteles de la droga.

Como reconoció el propio Santos, “Klein fue uno de los arquitectos de ese proceso paramilitar que después generó tanta violencia en Colombia”.

En referencia a los hechos violentos ocurridos estos últimos días en Siria, el Presidente Bashar Al Assad afirma que detrás se encuentran grupos de mercenarios, paramilitares extranjeros que tienen como objetivo desestabilizar la nación. Además, estos hechos aislados contrastarían con el carácter pacífico de las protestas ciudadanas, iniciadas hace dos semanas.

Al Assad siempre ha tenido un discurso abiertamente anti-sionista por lo que se cree que la acción violenta de estos grupos armados podría estar coordinada desde Jerusalén.

Más allá del paramilitarismo, existen demandas populares

El pasado 15 de marzo comenzaron las protestas en Siria, específicamente en su capital, Damasco, para pedir nuevas reformas políticas que fueron creciendo por la convocatoria realizada a través de las redes sociales tal como en su momento lo realizaron jóvenes en Egipto y Túnez, siempre con un tono marcadamente pacifista.

Fruto de la presión popular, el Gobierno sirio anunció el pasado jueves la anulación de la ley del Estado de Emergencia que está vigente en el país desde hace 48 años.

Al Assad también prometió reformar otras normas además de efectuar aumentos salariales entre otros beneficios para los funcionarios del Estado.

LibreRed.net

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