jueves, 28 de agosto de 2014

Filosofía de los impuestos: Los errores y omisiones de una moderada Reforma Tributaria

¿Por qué existen impuestos? ¿Para qué? ¿Importa preocuparse por la desigualdad?, estas y otras interrogantes son respondidas a lo largo de este interesante artículo elaborado por dos destacados economistas de la Fundación Sol.

GONZALO DURÁN Y MARCO KREMERMAN
¿Importa preocuparse por la desigualdad?, si bien pareciera ser una pregunta con respuesta obvia, lo cierto es que por muchos años, este ha sido un tema de intensos debates. Por años, la discusión sobre la desigualdad de ingresos y otros aspectos “distributivos”, fue convenientemente silenciada. En ello, ciertamente influyó, la hegomonía de ciertas líneas de pensamiento. Una de ellas, fue la llamada “Teoría del Chorreo”; esta idea surge luego de la contribución de Simon Kuznets en 1955, en lo que sería uno de los artículos más leídos de su época dentro de la disciplina de las ciencias económicas: “Crecimiento Económico y Desigualdad de Ingresos”. Este economista ruso-estadounidense, sostenía que la desigualdad, era parte inevitable de los procesos de crecimiento económico y que a medida que los países iban creciendo, la desigualdad también lo haría, pero, sólo hasta cierto punto, ya que a partir de ahí, la desigualdad comenzaría a disminuir. Ello se provocaría luego de alcanzar un nivel de ingresos per cápita
(US$15 mil o US$20 mil), el chorreo de “bienestar”, se produciría, fruto del crecimiento económico, el que se rebalsaría a las diferentes capas de la población. Kuznets recibió en 1971 el premio nobel de economía por sus contribuciones en esta materia.

El razonamiento de Kuznets, no era ajeno al de otros, como Murray Rothbard, economista estadounidense, quien señalaba que la búsqueda de la igualdad, es una violación a la naturaleza esencial de la humanidad. Rothbard, extremando su argumento, recurre a la historia de Prokroústês, o “El Estirador”. De acuerdo a este mito griego, Prokroústês, era el dueño de una hospedería que recibía a los viajeros. El protagonista de la historia, cegado por la idea de la igualdad, genera una cama de dimensiones definidas, tanto para la altura como en el ancho.
Así, mientras los viajeros dormían, “El Estirador” los visitaba e inspeccionaba si las extremidades de las personas se adaptaban a su estricta regla de dimensiones definidas. Si no era el caso, Prokroústês procedía a cercenar piernas y brazos sobrantes o bien a “estirar” cuando se tratase de personas más pequeñas. Rothbard ilustra de ese modo, que el igualitarismo es algo profundamente coercitivo y con una naturaleza anti-humana.

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